Este sábado esperaba que realmente el caos le ganara a la gloria en muchos sentidos, ya que el evento en turno era el Rockampeonato Telcel, que por si haz vivido debajo una roca los últimos 3 años, te explico: es un concurso de bandas organizado por Telcel y Noiselab (una mancuerna ganadora por ser la compañía de telefonía celular y la disquera “independiente” mas grandes del país) en el cuál los 10 finalistas fueron elegidos mediante mensajes de celular y los ganadores los seleccionó un jurado de expertos del medio.
Detractores y defensores de este tipo de concursos asistieron por igual al Palacio de los Deportes, uno por escuchar primero a las bandas que muy probablemente estarán rolando próximamente en nuestras estaciones de radio, myspaces, ipods y demás gadgets y artilugios musicales que rigen nuestros oídos, dos por los increíbles incentivos de ver gratuitamente a bandas tan importantes como ahora lo son Hong Kong Blood Opera y Six Million Dollar Weirdo (HKBO y $6MW para futuras referencias). Y claro, por la cereza del pastel: The Hives. ¡Y que cereza! Nada más y nada menos que la mejor banda del mundo en vivo (o bueno, eso dicen ellos).
Yo iba preparada para el caos total (como es costumbre en este tipo de eventos), pero me topé con una organización mas que aceptable, bandas muy buenas (otras no tanto) y un público que por fin está consciente de que para obtener calidad hay que exigirla.
El concierto comenzó alrededor de las 8 p.m., con A-Boo (El Abulón para aquellos que lo conocimos en las épocas de las víctimas) fungiendo como maestro de ceremonias y haciendo las presentaciones pertinentes, primero de HKBO (que, por si no lo sabían, fueron los ganadores del primer Rockampeonato allá por el 2006), como siempre, poniendo a bailar hasta a los tullidos con esos gritotes que se pega el Sebastián y el punk sintético que tanto gusta a la muchachada de hoy en día; después a su propia banda, los $6MW, con un electro-pop-rock y una energía tan impresionante que muchas bandas nacionales y extranjeras envidiarían (estoy segura que muchos lo hacen); y por último a las diez bandas finalistas, que venían de todos lados de la república, pero no había ni una capitalina.
Entre esas bandas encontrábamos propuestas tan diferentes (en géneros y calidad) que el público iba de la euforia a la apatía en cuestión de acordes, incluso hubo grupos que no soportaron la presión y hasta le respondieron a la banda...claro, el caos. Y ese caos no paró ahí, ya que de los 3 grupos seleccionados como primeros lugares solo uno contaba con TODO (si, TODO) el apoyo del público: La Carlota. Una banda de fusión latina muy sabrosa que se llevó el tercer lugar y la aceptación de los asistentes (además de prometer una colaboración con A-Boo). En segundo lugar quedaron los Corazón Attack, que también contaron con muy buena recepción por los jueces debido a su sonido limpio y definido. La sorpresa de la noche fueron los ganadores del primer lugar, los tapatíos de Teletransportador, que sin ser especialmente innovadores en su propuesta, fueron elegidos por su capacidad de proyección y comercialización, que finalmente son los propósitos por los cuáles fueron creados este tipo de concursos.
Pasadas las 11:30, las luces se apagaron, el letrero rojo ardía detrás de la batería blanca...un paseo por los corredores de la mansión Hive y por fin pudimos ver y escuchar a The Hives, y el buen pedazo de gloria que nos tocaba llegó en forma de garage rock por casi dos horas. Los gritos, los fans, las canciones que todos coreaban y las nuevas, una explosión de fuerza y energía. Los autoproclamados príncipes del rock convulsionando en el escenario cerraron con broche de oro y plata (y diamantes también, como no) una noche llena de música, fiesta y mucho, mucho rock.
Brenda Vox